martes, 2 de diciembre de 2008

Un águila a tamaño natural

Águila a tamaño natural. Escultura

A costa de vencer no pocas dificultades ha llegado a su actual estado la obra que ahora presentamos. Uno de los mayores impedimentos ha sido no disponer de un espacio apropiado, razón por la cual esta figura de considerables dimensiones se ha realizado de principio a fin en una pequeña terraza acristalada, un habitáculo de aproximadamente 2 metros cuadrados improvisado como taller.

El autor se ha dado el capricho de hacer esta obra por el simple gustazo, lo cual está muy bien, aunque ahora toca encarar las consecuencias, y lo más cierto es que aún no estamos seguros de cuál será su emplazamiento; pero bueno, ya se nos ocurrirá algo.

Cautivado por la belleza y majestuosidad de este animal, el águila real, no ha parado Serapio hasta ver realizado el sueño de darle forma con sus manos. Aunque yo creo, y supongo que todo el mundo estará de acuerdo, que sería más correcto decir (parafraseando la famosa afirmación de Miguel Ángel referida a la pintura: "Si dipinge col cervello e non colla mano") que por fin ha visto realizado el sueño de darle forma "con su cabeza". Pues, a fin de cuentas, ¿qué pueden unas manos sin la mente que las gobierna? La habilidad ¿reside en la cabeza o en las manos? En este caso puedo dar fe, como testigo privilegiado, de que mi padre cuando trabaja tiene el resultado final bien metidito en su azotea. Porque, por ejemplo, cuando empieza un cuadro, él parte de un dibujo o boceto a lápiz que calca directamente sobre la madera; estas líneas marcadas sobre la madera desaparecen al primer golpe de gubia y, al estar trabajando sobre un relieve en tres dimensiones, no pueden volver a marcarse con posterioridad, así que cuenta sólo con el boceto o dibujo que (sigo dando fe) casi nunca mira, y mucho menos a medida que va progresando la obra. En el caso concreto de este águila de escayola no ha habido boceto en absoluto, únicamente diversas fotografías y dibujos hallados en los libros y un par de fotos tomadas en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid han servido como referencia visual.

Esto es lo que siempre más me ha admirado: la capacidad que tiene mi padre para plasmar las proporciones y el volumen de las cosas. Y así, cada vez que le veo iniciar un proyecto, lo único que me hace dudar no es la dificultad de aquello que se propone, sino que el modelo o dibujo o boceto no esté a la altura, que contenga fallos de diseño o composición, pues confío plenamente en que aquello que está viendo, aquello que tiene delante y le sirve de modelo, ha de salir fielmente reproducido, cuando no sensiblemente mejorado. Muchas veces me he preguntado qué hubiera sido capaz de hacer este hombre de haber recibido una completa formación académica y humanística.

Si ha elegido hacer esta imagen en escayola es porque en madera se hubieran multiplicado por mucho las dificultades derivadas de la falta de espacio, aparte que hubiera resultado muy costoso y complicado encontrar un tronco que se adaptase a las características de una pieza de semejante envergadura.

Partiendo de una estructura compuesta de diversos materiales, principalmente alambre entrelazado, ha rellenado y cubierto dicha estructura con yeso escayola, obteniendo un volumen en bruto que ha esculpido utilizando las herramientas de la madera, esto es, gubias y formones. Para facilitar su manejo, su transporte (aunque sólo sea de una parte a otra de la casa) y su almacenamiento, las alas son desmontables.

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