viernes, 9 de octubre de 2009

Pelea entre jabalíes

Pelea entre jabalíes. Talla en madera

He aquí una de las pautas de comportamiento más comunes y extendidas por todo el reino animal: la lucha de los machos por las hembras (a decir verdad, también los hombres somos a veces bastante animales —parecería que no hemos evolucionado ni en inteligencia ni en humanidad— y así, en todo tiempo y lugar, nunca falta algún gallito de pelea, arrogante y retador en compañía de su "hembra" y siempre dispuesto al cacareo y a exhibir sus plumas en las proximidades del bello sexo para hacerse notar). Generalmente se trata de un proceso selectivo donde los especímenes más sanos y fuertes consiguen que sean sus genes los que prevalezcan para la perpetuación de la especie. En la obra de Serapio podemos hallar otra talla, realizada en el otoño de 2007, donde puede apreciarse el combate de un par de machos de cabra montés, sobre unas peñas, en su hábitat natural.

Al parecer, en el caso de los jabalíes, los machos son muy solitarios, aunque durante el periodo de celo se vuelven más "sociables" y buscan a todo trance y de un modo obsesivo alguna piara, por lo regular formada de hembras con sus crías, en cuya proximidad aún permanecen los machos jóvenes del año anterior. Una vez localizadas las hembras, movido de su instinto, el jabalí adulto, con los cambios fisiológicos y de comportamiento propios de su estado, sólo tiene una idea fija: copular con el mayor número de hembras haciéndose dueño del "harén". Para conseguirlo empieza por expulsar a los machos jóvenes y, si encuentra algún rival a su altura, se produce una escena similar a la que vemos representada: los dos machos pelean en un enfrentamiento de gran aparatosidad y violencia. En tal caso, aunque es previsible que la lucha (teniendo en cuenta la peligrosidad y eficacia de los temibles colmillos) no resulte del todo incruenta, también es cierto que, como suele acontecer con las demás especies de la fauna en estado salvaje, lo más probable es que no se produzca un desenlace fatal para ninguno de los contendientes.

Mucho más letal para estos animales es la lucha entablada con el hombre, de donde no suele salir indemne, sino muerto y abatido por un certero disparo; simple trofeo de un día de caza, para él aciago, feliz para el cazador. Y aunque este destino pueda parecer cruel no debemos olvidar (ironías de la vida) que es precisamente su condición de especie de alto valor cinegético (además de su elevada tasa reproductiva) lo que no sólo le preserva de la extinción sino que hace de su especie una de las más abundantes en nuestros montes.

Volviendo, para concluir, al cuadro que hoy presentamos, creo que la imagen capta muy bien la excitación de estos dos machos de jabalí con la crin erizada, los hocicos abiertos y amenazantes, los rabos levantados y el impulso de acometida que trasmiten...; de hecho, a poco que nos fijemos, se hace evidente que el autor ha volcado todo su interés en las dos figuras centrales, dejando el resto como en esbozo para que en lo posible no le robe protagonismo al motivo principal.

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Fantástica obra.
Saludos

Chacien dijo...

Nos alegra que te guste.

Gracias.

nel dijo...

menudas tallas , para quitarse el sombrero
muchas horas de trabajo y desgraciadamente , no
siempre valoradas en su justa medida
saludos al maestro

Chacien dijo...

Gracias, nel, por tus expresiones de entusiasmo.

La verdad es que tienes toda la razón y que en este oficio no siempre se valora el trabajo como es debido. De hecho, hace ya bastantes años que mi padre tomó la determinación de no vender sus obras, porque, no dependiendo de ello para vivir, le dolía y le duele desprenderse de algo que le ha llevado tantas horas por cuatro perras que quieran pagarle. Dice que para eso se lo queda él y al menos lo disfruta teniéndolo en casa.

Recibe nuestros saludos más cordiales.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Chacien,

Tengo que darle las gracias más sinceras por la atención que pone Vd. en mi blog y por los dos errores que Vd. me ha advertido que existían. Como puede comprobar, ya está todo solucionado: el puesto la referencia exacta en la pintura de Jacques-Louis David y he eliminado la de Hímeros, que, como bien me ha advertido Vd., no representaba lo que se pretendía.

Es Vd. un hombre leal y riguroso, porque no se le escapa el más mínimo detalle. Así también se demuestra la grandeza: en caso de Vd., estando atento a todo, y en el mío, al rectificar gustosamente lo que sea necesario. Ya lo dice el dicho popular que de sabios es rectificar, sin que eso signifique que yo me pretenda sabio, ni mucho menos.

He aprovechado la circunstancia para admirar una vez más esas maravillosas tallas que Vd. nos presenta de Don Serapio Hernández y he de decirle que son una delicia.

También he encontrado de lo más interesante el comentario que hace Vd. sobre la lucha de los machos porque sean los mejores los que fecunden a las hembras, de forma que la especie vaya mejorando.

Ese comentario suyo y la talla de los jabalíes luchando me ha recordado un fragmento de libro tercero de LAS GEÓRGICAS de Virgilio, el más grande poeta Romano, en el que se describe minuciosamente esa lucha, pero referida a los toros. Y es que los instintos fundamentales, primigenios y primeros, continúan siendo los mismos en todo el reino animal, incluido el hombre, como bien deja caer Vd.

Insisto en mi agradecimiento y seguiré disfrutando de la delicia de sus explicaciones y la visualización de esas hermosas tallas.

Reciba un cordial saludo,

Antonio Martín Ortiz

Chacien dijo...

Amigo Antonio,

Me he sentido muy honrado por el tratamiento con el que encabeza su comentario (al cual , como ve, me sumo) y me alegra que haya aceptado mis consideraciones con tan buen talante y disposición de ánimo: esto es algo que sin duda le engrandece, pues demuestra que, si no es del todo sabio, se encuentra en el camino aunque sólo sea por la intención.

No me considero tanto una persona rigurosa como alguien que está siempre atento a la verdad. Creo que la verdad ―aunque a veces duela― nos hace más libres porque nos da la opción de mejorar. Ocultando el error o negando la verdad no hay progreso, pues malamente se le puede aplicar un remedio al enfermo si no reconoce su dolencia.

No tiene que darme las gracias por mi lectura atenta: yo no sé leer de otro modo. Hace tiempo ―permítame esta anécdota―, cuando era mucho más joven y, sin apenas preparación, iniciaba mi bagaje cultural, decidí leerme el Quijote y, ya metido en la labor, llegué a un punto en el cual me di cuenta que no estaba disfrutando de la lectura y que esta se me hacía tediosa, casi insoportable. Me hallaba en un pasaje lleno de arcaísmos y expresiones desusadas, a más de citas que no comprendía y, en el dilema de abandonar el libro o enfrascarme en la tediosa labor de consultar una por una todas las dificultades, opté, afortunadamente, por la segunda opción, lo cual significó, puede creerme, que se me abriera un mundo nuevo. No sólo comprendí el pasaje que no me gustaba sino que experimenté un placer maravilloso al leerlo. Desde entonces, bien aprendida la lección, no hay palabra ni concepto que deje pasar por alto ni al arbitrio de mi intuición: consulto, siempre que me quede duda, hasta para confirmar lo que ya intuyo. ¿Es rigor? A mi me parece el único modo de aprender.

Es usted muy amable, pero me hace un flaco favor al comparar mi modesto comentario nada menos que con LAS GEÓRGICAS de Virgilio; no obstante, le agradezco la fineza.

Gracias muy expresivas por la consideración en que tiene a las tallas: comentarios como el suyo llenan de orgullo y satisfacción a mi padre, lo cual, teniendo en cuenta su edad, es como una medicina para su espíritu.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Chacien, Carlos Hernández,

Tengo que decirle que ha sido un placer enorme leer su respuesta a mi comentario, por lo bien redactado de la misma, y por la congruencia e interés de todo lo expresado. Muy interesante la anécdota sobre El Quijote. Si Vd. lo prefiere, convengamos en que yo no soy ningún sabio y en que Vd. Merece todos los elogios; pero lo que sí hay que afirmar rotundamente es que su padre, Don Serapio, es un artista de largo alcance, allí donde los haya. Sólo hace falta ver su obra.

Y para que Vd. no piense que la comparación con Las Geórgicas de Virgilio fue un halago inmerecido, a continuación le transcribo el texto que yo escribí el 22 de Junio de este año, en el blog de una estupenda escritora, que es Soledad Sánchez Mulas, a propósito de un verso de Virgilio, precisamente del libro tercero de Las Geórgicas. Si quiere Vd. saborear el texto entero de Virgilio, puedo aconsejarle la traducción de la EDITORIAL GREDOS. Vd. mismo podrá comprobar que no exageré cuando comparé su comentario a los jabalíes con la mencionada obra de Virgilio. Aquí tiene el comentario:


Paso a comentar brevemente el verso de “Las Geórgicas” de Virgilio, con el que adorna esta semana su columna lateral nuestra querida Soledad.

“Lauit ater corpora sanguis” (III, 221).
"Una sangre negruzca les ha rociado los cuerpos".

Sabemos nosotros, y lo sabía Virgilio, que los toros, cuando se trata de medir fuerzas y asegurarse el dominio sobre la hembra, utilizan la fuerza necesaria, pero sólo la necesaria. Estamos en la situación de que ha aparecido una ternera en edad de ser fecundada entre una manada de toros. Se trata de saber cuál es el que ejercerá el dominio. Primero los toros se miran y bufan con grandes bramidos. Si alguno reconoce su inferioridad, se retira. Si no es así, se aproximan, como en tono amistoso, y juguetean con los cuernos, sin hacerse daño, para comprobar cuál es el más fuerte. Si así no se llega a una sumisión de uno a otro, empiezan a herirse, atacándose sin demasiada contundencia. Si ni aún así ninguno reconoce su inferioridad, comienza una auténtica lidia, en la que cada uno pone en juego todas sus fuerzas y toda su violencia.

Es éste el momento que nos describe Virgilio. Al final, uno de ellos gravemente herido, se dará por vencido y se retirará, reconociendo la superioridad del otro. Si ni siquiera así se solucionase el dilema, la muerte de uno de ellos pondría fin a la lidia. Es que los toros, los machos, tienen una jerarquía de dominio y cada uno ocupa un lugar en esa escala, lugar que todos conocen perfectamente y, como he dicho antes, si la jerarquización tiene que dilucidarse por la fuerza, ésta se va ejerciendo de forma progresiva, de forma que se utilice el mínimo imprescindible

22 de Junio de 2009

Finalizo reafirmando mi admiración y respeto por su padre y por Vd., y les hago partícipes a ambos de mi afectuosa amistad,

Antonio Martín Ortiz

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Chacien, Carlos Hernández,

Después de buscar lo que he podido, he encontrado el texto de Virgilio, al que hacía referencia en mi comentario anterior, y que le ofrezco aquí, para evitarle el trabajo de tener que buscar en Las Geórgicas. Éste también fue un comentario que hice yo mismo en el mencionado blog de la exquisita escritora que es Soledad Sánchez Mulas. Aquí lo tiene, tal cual:


Paso a comentar los versos de “Las Geórgicas” de Virgilio, con los que adorna esta semana su columna lateral nuestra querida Soledad.

Illi (tauri) alternantes multa ui proelia miscent uolneribus crebris”
(III, 220-1).

"Ellos (los toros), enfrentándose por turnos, con gran violencia entablan luchas con frecuentes heridas".


Decíamos, escribía nuestra Soledad, la semana pasada:

“Pascitur in magna Sila formosa iuuenca” (III, 219).
“Pace, en el gran (bosque de) Sila, la hermosa ternera“.


Veamos ahora el texto en el que Virgilio nos explica con todo lujo de detalles cuál va a ser la reacción de los toros ante la presencia de una hembra en estado de ser fecundada. Se trata de saber cuál es el toro dominante, en una lidia que utilizará la mínima violencia necesaria.


"Ellos (los toros), enfrentándose por turnos, con gran violencia entablan luchas con frecuentes heridas: una sangre negra baña sus cuerpos y empujan uno contra otro sus opuestos cuernos con impresionantes bramidos; resuenan las selvas y a lo lejos el Olimpo.

No es costumbre que los que han reñido compartan el mismo establo, sino que uno de ellos, el vencido, se marcha y se destierra lejos, en regiones desconocidas, gimiendo largamente su ignominia, las heridas que le dio el soberbio vencedor y, sobre todo, los amores que perdió sin poder vengarse, y, mirando sin parar su establo, se ha retirado del recinto que dominaron sus abuelos.

Entonces, pues, todo el cuidado cifra en ejercitar sus fuerzas y entre peñascos duros pasa la noche echado sobre un lecho sin camas y se alimenta de erizadas hojas y de carrizo puntiagudo; pruébase a sí mismo y, luchando contra un tronco de árbol, aprende a servirse de los cuernos para ejercer su cólera, y cansa al aire con sus embestidas y se ejercita para la lucha desparramando la arena.

Después, cuando ha condensado su vigor y recuperado sus fuerzas, levanta las enseñas y se lanza precipitado sobre el enemigo descuidado: al igual que la ola, que comienza a blanquear en medio del mar, y, según se extiende y cobra anchura, hincha sus senos y luego, volcándose hacia tierra, resuena con horroroso estruendo entre peñascos y cae deshecha tan alta como la montaña misma; pero de lo más profundo de la ola suben hirvientes remolinos y arroja del fondo a la superficie una negruzca arena”.

(Geórgicas, III, 220-241)


(Traducción, con algún cambio, de Tomás de la Ascensión Recio García y Arturo Soler Ruiz).
15 DE JUNIO DE 2009

Reciba Vd. un bien merecido y sincero saludo,

Antonio Martín Ortiz

Chacien dijo...

Amigo Antonio,

Me abruma usted con sus elogios y no podrá convencerme de que mis palabras resistan mínimamente, para cualquier persona con un mínimo de instrucción y de juicio, el parangón con los versos de Virgilio. Casi estoy por pensar que aún teme usted que le reclame derechos de autor por usar en su blog la imagen de una talla de mi padre y que con ello aspira a congraciarse. Pierda cuidado, si es el caso, pues tanto mi padre como yo somos hombres de palabra y no habíamos de desdecirnos sin mayor motivo.

La última parte era broma (espero no haberle disgustado). Verdaderamente, creo que es usted sincero y atribuyo su dictamen a una proverbial generosidad y bonhomía que forman parte de su carácter y le llevan a formular, en un arrebato de entusiasmo, aserciones como esta.

Como usted sabrá, el poeta Virgilio se caracteriza (y es por ello que ha pasado como pocos a través del filtro del Tiempo para quedar en la Historia) por una gran perfección estilística. Era tal su grado de exigencia que tardó más de diez años en componer la Eneida. Basta leer (y comprender cabalmente en toda su significación) el fragmento de las Geórgicas que amablemente transcribe para darse cuenta del abismo que nos separa. Si me habla usted de cierto color o aroma de semejanza, pase; pero insisto en que no he de salir bien parado de la comparación.

Aunque, por supuesto, no me acordaba del pasaje en cuestión, he comprobado que entre mis libros figura una edición de las Bucólicas y las Geórgicas editado por Alianza que yo leí en la primavera-verano de 2007. Cotejando la traducción con la que usted me proporciona llego a la conclusión de que el original tiene que ser soberbio y lamento muchísimo no tener la facilidad de usted para leerlo tal y como fue escrito. Créame que le envidio. Dichoso usted que puede attingere caelum digito.

Reciba nuestro afecto y el agradecimiento por el ánimo que nos da aunque sus calificativos no sean del todo merecidos.

Anónimo dijo...

Realmente estoy asombrado con la belleaza de tu blog, nunca habia visto algo tan bonito, yo tengo un blog pero después de ver este me da pena con el mio, trataré de aplicar algunas cosas que veo en este blog que no sabia que se podian hacer, como el cambio de fondo. Si me pudes dar una página en donde encotrar este truquito te lo agradezco. Mi correo es chiacol@gmail.com
Gracias y felicitaciones por tu blog

Chacien dijo...

Me alegra que te guste el blog, aunque no creas que es algo del otro mundo: por ahí yo he visto cosas que me han parecido admirables y me han hecho sentir muy humilde al compararlas con lo mío.

Quisiera darte ánimos, Anónimo, y decirte que tengas paciencia, que no es cosa de un día ni de dos. Hay que ir probando cositas poco a poco, escogiendo entre el numerosísimo abanico de posibilidades que se te ofrecen. Cuando descubras una idea que te guste, pues intentas ponerla en práctica y ya está; es cuestión de ir añadiendo algo y suprimiendo otras cosas para adaptar el blog a tus necesidades y a tu propia estética.

Lo del fondo cambiante lo puedes encontrar en el estupendo blog de ayuda de Oloman (casi todos los trucos que utilizo proceden de allí), aunque también te recomendaría que te dieses una vuelta por El escaparate de Rosa y, a otro nivel, por Vagabundia, página un tanto peculiar pero rebosante de conocimiento y soluciones prácticas.

Un saludo.

Gem@ dijo...

Saludos Chacien vine a agradecer me sacaras del error en mi última entrada y menudo error ;)

Chacien dijo...

No hay de que, Gema. Hice lo que me gustaría que hiciesen conmigo en una situación similar.

Afectuosos saludos.

;)

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Carlos,

Voy a tomarme la licencia de abusar un poco de sus conocimientos y de su tiempo. Llevo varios días mirando el blog de Oloman para poner en el mío las llamadas que Vd. tiene en el suyo:

Hacia arriba
A un punto
Hacia abajo

He conseguido poner la flecha hacía arriba, pero no hay forma de conseguir poner las otras dos llamadas, que Vd. sí tiene en su blog.

¿Sería Vd. tan amable de decirme cuáles son los códigos a poner y el lugar de la plantilla donde hay que pegarlos?

En su caso, le estaré sumamente agradecido.

Reciba todo mi afecto y un cordial saludo, lleno de admiración.

Antonio Martín Ortiz




7a

Chacien dijo...

Amigo Antonio,

Con mucho gusto intentaré complacerle.

Debo decirle, para empezar, que este truco lo he efectuado basándome en un post de El escaparate de rosa y que difícilmente lo va a encontrar usted en el blog de Oloman, sencillamente porque no está.
Rosa nos propone hacerlo utilizando el script "Scriptaculous" para darle un efecto deslizante, más estético y menos brusco. Siguiendo sus indicaciones podrá colocar el botón-flecha correctamente en el pie de cada entrada y/o en el ángulo inferior derecho de la página.
Para el resto de llamadas, como usted dice, no encontré ningún artículo de ayuda que me explicara paso a paso, así que tuve que examinar el código fuente de una página donde estaba funcionando y localizar, copiar y adaptar el código para poder utilizarlo, siguiendo el mejor método que conozco (el cual le recomiendo), que no es otro que probar, probar, rectificar, volver a probar (cuidándonos siempre de guardar antes la plantilla para que cualquier acción tenga retroceso) y así hasta lograr el efecto deseado. Al no tener amplios conocimientos de informática, es verdad que a veces va uno dando palos de ciego; pero hasta los ciegos, si tienen paciencia y perseverancia, pueden llegar a donde se proponen.

No obstante, es mi intención librarle en este caso de tan engorroso proceso y facilitar que cualquiera pueda beneficiarse evitando en lo posible pasos innecesarios publicando aquí el código y las instrucciones necesarias.

Un cordial saludo.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Carlos,

Es Vd. de una gentileza que es de admirar. Ya he conseguido colocar las flechas con las instrucciones de Oloman. Para las llamadas tendré en cuenta las indicaciones que Vd. me da, pero me lo tomaré con calma, porque esto de la Informática, si se descuida uno, se apodera de uno. En todos los casos le estoy muy agradecido por todas las molestias que se ha tomado en atender mi consulta y le repito que es Vd. un hombre excepcional, porque sus explicaciones son diáfanas.

Haga Vd. el favor de saludar cordialmente a su padre de parte mía y decirle que a ver cuándo podremos disfrutar de su próxima talla.

Reciba Vd. mi agradecimiento, mis respetos, y un cordial saludo.

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

EN ÉSTAS, LAS ÚLTIMAS HORAS DE 2009, TE DESEO A TI Y A TODOS LOS TUYOS, CON ESPECIAL CARIÑO PARA TU PADRE, DON SERAPIO, Y TU MADRE, TODA LA FELICIDAD Y ALEGRÍA DEL MUNDO. QUE TE ACOMPAÑE DURANTE TODA TU VIDA, QUE TE DESEO INFINITA EN EL TIEMPO, LA ALEGRÍA Y LOZANÍA DE ESTA MÚSICA.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ

Chacien dijo...

Antonio, amigo,

Me ha sorprendido enormemente que en un día tan especial como el de ayer, el más propicio para celebrar en amor y compañía con nuestros seres queridos, se haya acordado usted de nosotros y se haya tomado la molestia de felicitarnos y regalarnos con sus mejores deseos. Ello denota, en mi opinión, una especial estima y consideración que no sabemos cómo agradecer.
Yo personalmente le agradezco mucho, además, el tuteo, pues soy más joven que usted y me siento mucho mas a gusto recibiendo dicho tratamiento, que es el habitual en mis relaciones.

Reciba, asimismo, nuestros mejores deseos para el nuevo año y para el resto de sus días, que esperamos sean muchos, felices y productivos, en buena compañía, con nuestro mayor afecto y estimación.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

em>/Amigo Carlos, Chacien,

Contesto a tu último comentario y me parece perfectamente natural y correcto que nos tuteemos. Es mi costumbre, salvo contadas excepciones, cuando se trata de personas que, por edad o por prestigio personal, me merecen una especial relevancia. A ti me parece muy bien tratarte de , pues somos como colegas, pero me vas a permitir que a tu padre lo siga llamando Don Serapio, porque su categoría personal está muy por encima por lo menos de la mía, y también voy a llamar de Vd. a su madre Doña Elisa, pues, por eso, por los mismos motivos y por el respeto y cariño que me merece.

A lo mejor, aunque pueda parecer lo contrario, a ella le gusta y percibe con gratitud este tratamiento cariñoso y respetuoso.

Que sigáis todos pasando unas Felices Fiestas y que año que ya ha entrado os traiga toda suerte de Felicidad.

Un abrazo,

Antonio

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Carlos,

Habrás podido comprobar que en mi comentario anterior se me ha colado un

em>/

improcedente. Son cosas de la Informática.

Chacien dijo...

Estimado Antonio:

Gracias por aceptar tutearme, y ya que considera que somos como camaradas, le diré, en confianza, por si lo desconoce, que la publicación de un comentario no es absolutamente irreversible.

Lo ideal, para no traicionar el espíritu de los comentarios y su frescura y naturalidad, es mantenerlos aunque contengan alguna errata o no estemos del todo satisfechos con su redacción y pensemos que podría mejorarse. Sin embargo, para los casos en que la inconveniencia supere un límite que personalmente consideremos que no conviene sobrepasar, está la opción de eliminar el comentario.

Aunque no sea el administrador del blog (en tal caso podría eliminar la totalidad de los comentarios), si accede en el modo de edición (lo cual se consigue cuando accedes con tu cuenta de Blogger pinchando en "Vista previa" o "Publicar comentario") verá que al lado de la fecha del comentario, a la derecha, aparece un pequeño icono que representa un cubo de basura: basta con pinchar en este icono para que se abra una ventana con el diálogo para suprimir el comentario. El comentario aparecerá como suprimido, aunque está en manos del administrador borrar su rastro definitivamente. Luego, puede volver a publicar el comentario corregido o no hacer nada.

Para que lo compruebe, voy a publicar este mismo comentario en su blog y a eliminarlo inmediatamente.


Me sumo a sus parabienes y buenos deseos. saludos muy afectuosos.

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Carlos,

Muchas gracias por tu información. Como puedes comprobar por mi blog, he actuado en consecuencia, porque queda fatal la indicación de que

El autor ha suprimido esta entrada

y, como dices tú, sólo el propietario del blog puede borrar todo rastro.

Un abrazo,

Antonio