lunes, 24 de mayo de 2010

Bastones caballo y cabezas de mujer, jabalí y Quijote

Bastón caballo (madera de abedul [puño] y haya) Bastón cabeza jabalí (madera de haya) Bastón cabeza de mujer (madera de haya) Bastón cabeza Quijote (madera de haya)
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Serapio se ha dedicado una temporada a tallar estos bastones por salir un poco de la rutina y del esfuerzo que supone realizar varios cuadros seguidos: de este modo relaja un poco la tensión acumulada sin dejar por ello de alimentar el gusanillo. Teniendo en cuenta que uno de los bastones representa a Don Quijote, estoy pensando que él mismo se podría aplicar, con cierto sentido del humor, el célebre lema (muchas veces repetido, según afirmación del propio Cervantes [1][2]) del ilustre caballero de la Mancha:

"Mis arreos son las armas, mi descanso el pelear".

Lema cuyo origen habría que buscar en la tradición anónima del Romancero:

Mis arreos son las armas
mi descanso el pelear,
mi cama las duras peñas,
mi dormir siempre velar... [1]



Pues no parece sino que hay algo de quijotesco (en el sentido más noble del témino) en el continuo afán y en el empeño de este hombre por revitalizar un arte que parece estar en franca decadencia, como, por otra parte, lo estaban los libros de caballerías en la época en que don Alonso Quijano se echó a los caminos para «desfacer agravios», a la busca de desventurados y oprimidos; para servir y favorecer a las damas sin faltar nunca, eso sí, a la imagen y memoria de su adorada Dulcinea.

4 comentarios:

ANTONIO MARTÍN ORTIZ. dijo...

Amigo Carlos, Chacien,

Sólo tengo palabras de admiración para estos cuatro bastones que nos regala hoy Don Serapio, tu padre. Como todas sus obras, son ellos una expresión de la sensibilidad y el realismo que preside todas sus tallas. Me quedo con una aspiración imposible: el de tener entre mis manos uno de ellos para que adorne el mejor espacio de mi casa.

Recibid ambos, Don Carlos y Don Serapio, un afectuoso abrazo, y mi admiración entera.

Antonio

Chacien dijo...

Gracias, como siempre, amigo Antonio, por su cariño y admiración. Mi padre se siente muy halagado por su deseo y aspiración, y le ruega que comprenda que hace tiempo que tomó la decisión, por diversos motivos, de no vender sus obras.

Sea consciente, asimismo, de que a pesar de que en el post establezco el argumento, un tanto retórico, de que los bastones son un recurso y un motivo para el relax, dando por supuesto que un mayor esfuerzo es requerido para realizar los cuadros, no obstante, hacer un bastón como los que puede ver aquí tampoco es moco de pavo y reclama no poca aplicación y un considerable número de horas, más bien días, de trabajo. No es una cuestión económica; si sólo fuera eso, llegado el caso, siempre se podría llegar a un acuerdo: se trata de una decisión de índole personal.

Esperando no haberle causado una gran contrariedad, reciba nuestro más afectuoso saludo, y un abrazo muy cordial.

Anónimo dijo...

Estaba convencida de que había dejado comentario en esta entrada, los vi hace días, me impresionaron muchísimo, mi padre tenía bastones muy bonitos de sus antepasados y en verano los usaba cuando íbamos a Sigüenza por el pinar y por su alameda. Todo un lujo el que disponga de una pieza de tu padre, realmente bellas. Felicítale, por favor, de mi parte, de alguien que le admira.
Saludos cordiales

Chacien dijo...

No entiendo lo que puede haber pasado con el comentario que creías haber puesto; hay veces que Blogger hace cosas raras: lo mejor es comprobar que el comentario se ha publicado efectivamente yendo a la correspondiente página del blog, por si las moscas, no fiarse demasiado.

El bastón es un utensilio, además de práctico, que otorga mucha personalidad. A mi padre a veces le paran por la calle para interesarse, pero él no quiere vender ningún bastón; de hecho son contadísimas las personas que tengan alguno, aparte de él mismo. Tiene su colección y cada día saca uno diferente, y al que le pregunta... le da un papelito, a manera de tarjeta de visita, con la dirección del blog.

Esperamos que disfrutes unas estupendas vacaciones, aunque ya no sea por el pinar y la alameda de Sigüenza. Saludos.